“Comencé a dar clases de taekwondo a los 18 años, gracias a mi maestro, quién me convenció de que podía estar al frente de una clase. Y, hasta el día de hoy, que me dedico a tiempo completo a esta hermosa profesión” afirma Maximiliano Petronella, 6º dan I.T.F. Taekwondo y secretario general de la Asociacion Yusan de Taekwondo I.T.F.
Existen practicantes de artes marciales en casi todas las ciudades. No se trata de personas que han creado su propio arte marcial o que ha recorrido el mundo entero impartiendo seminarios de artes marciales con sus técnicas. Se trata de gente de a pie que, tras probar las delicias de las artes marciales, no pudieron volver a su rutina de trabajo y se dedicaron profesionalmente a esta gran pasión.
Juan Carlos Martos, practicante de kárate desde los 8 años, con el cinturón negro 3º Dan y profesor de esta disciplina, relata que trabajar en el kárate le hace muy feliz: “ver a los niños crecer y evolucionar con las enseñanzas que les vas transmitiendo es algo que te llena plenamente”.
Pero como todo, en las artes marciales también hay algo en contra: ganar dinero dedicándose profesionalmente a ello, “es muy difícil hacerlo. Tienes que ser muy bueno en el ámbito de la competición o si te dedicas a la enseñanza tienes que disponer de medios y recursos para poder vivir de ello. Obviamente debes ser muy buen docente” sentencia Martos.
La familia es el primer escollo con el que debemos lidiar. Contar con el apoyo de nuestros seres queridos es lo más importante. Una vez que el círculo más cercano ha entendido nuestras pretensiones y pasión, lo demás es sólo cuestión de tiempo. Ambos confirman que cuentan con el apoyo de sus familias y que han sido ellos los que les iniciaron en sus respectivas artes marciales y les siguen apoyando a día de hoy.
“Son ellos los que me brindaron el apoyo necesario al principio y los que me siguen animando para seguir adelante” afirma Petronella.
Muchos practicantes de artes marciales que han decidido dedicar su vida a su pasión aman lo que hacen. Algunas de las maneras más conocidas para ganarse la vida en las artes marciales es convertirse en docente, abriendo una academia, escribir libros o incluso competir a nivel profesional.
¿Por qué elegiste las artes marciales como profesión y cómo conseguiste superar los obstáculos?