Son pocas las artes marciales en las que se utilizan las armas para combatir. Si además tenemos en cuenta que cuando se utilizan el fin último no es el de herir de gravedad al oponente, difícilmente encontraremos a un artista marcial que sea capaz de defenderse ante un oponente armado.
Ante una situación de conflicto en la calle contra una persona armada, un artista marcial tiene casi las mismas posibilidades de salir ileso que un ciudadano de a pie. Muchas de las técnicas que los artistas marciales practican en la sala de entrenamiento no sirve para más allá del tatami: una vez en la calle y ante un enfrentamiento real, poco se puede hacer.
Es por ello que queremos dar una serie de consejos para aquellos que estén interesados en la defensa personal a nivel de calle:
- Imprescindible cubrir partes como cuello o muñecas ante un oponente con arma blanca.
- Debemos intentar desarmarlo aunque ello conlleve salir levemente herido.
- La colocación del cuerpo debe ser flexible y permitirnos la movilidad.
- Uso de patadas bajas para bloquear al adversario.
Y finalmente, cabe destacar que la pelea que se gana es aquella en la que no se pelea.