Las enfermedades mentales son terribles enemigos. A menudo son invisibles, generalmente no es claro cuál es el tratamiento, y para algunos, incluso la medicación puede ser un problema serio. Afortunadamente aquí es donde las artes marciales entran en juego.
¿Qué tiene que ver la lucha con la salud mental? En primer lugar, las artes marciales no son sólo peleas. Son un estilo de vida completo que fomenta la paz interior, la nobleza del pensamiento y la autorreflexión. Enfatizan el respeto por los demás y por uno mismo. Estos estímulos son maravillosos para alguien que se siente con la moral baja.
Además, las artes marciales tienen también un lado espiritual, más comúnmente encontrado en ejercicios de meditación y respiración, pero también en la filosofía que adoptan. Las artes marciales pueden ayudarte a relajarse, liberar estrés y ansiedad, y aliviar la depresión, la hipertensión y muchos otros síntomas o dolencias.
Las artes marciales son también una gran manera de tratar la ansiedad social y otros trastornos relacionados. Inculcan un sentido de confianza y autoestima en sus practicantes, y pueden ayudar a construir una auto-imagen positiva.
Y en última instancia, si nos centramos por lo que son más conocidas – la lucha – las artes marciales son una gran salida para la agresión y el estrés, en un entorno seguro y lleno de personas que trabajan hacia los mismos objetivos. Por supuesto, aunque a menudo se piensa como un medio de aprender a defenderse en una pelea, idealmente las artes marciales en realidad te enseñan a ¡cómo no entrar en una pelea! Te enseñan a desacelerar una situación, evitar conflictos y afirmarse de una manera que apague una situación potencialmente violenta. Todo esto ayuda a establecer límites, reducir el miedo y la ansiedad, y mucho más.
Las artes marciales tienen muchos componentes terapéuticos que funcionan increíblemente bien para las personas con enfermedades mentales.
Si tienes algún problema de salud mental, ¿has probado a practicar artes marciales?