Existe un flujo continuo de transmisión de conocimientos y técnicas en las artes marciales que conocemos a día de hoy. No es nada nuevo, por ejemplo, que practicantes de AMM hayan aprendido técnicas de otras disciplinas y las hayan implementado en sus estilos de combate.
Esta mezcla de técnicas y llaves ha llegado incluso a crear nuevas disciplinas, como es el caso de las AMM.
Las artes marciales tradicionales como Taekwondo, Judo o Jiu Jitsu y las nuevas disciplinas entre las que se encuentran Kick Boxing, Lucha Libre o AMM, pese a lo que algunos creen, tienen mucho en común. En las dos se intenta bloquear al adversario con empujes y agarrones e incluso llevándolo al suelo. Por lo tanto podemos afirmar que ambas vertientes han gozado desde siempre de una estrecha relación.
El origen de las AMM se remonta al siglo XX. La idea inicial era encontrar el arte marcial más efectivo cuerpo a cuerpo. Para ello, cada practicante cogía técnicas de diferentes disciplinas que había aprendido con anterioridad y las aplicaba en sus combates.
Actualmente, las AMM gozan de una popularidad envidiable, poniéndose a la altura de otras como Boxeo y Kick Boxing. La mayoría de los grandes profesionales de las AMM se iniciaron y fueron peleadores de gran recorrido en otras disciplinas.
Incluso algunos practicantes de Lucha Libre abandonaron su práctica para iniciarse en las AMM, como es el caso de Ken Shamrock. También la imbatible Ronda Rousey fue una gran peleadora de Judo antes de empezar a competir en AMM. Gracias a tu técnica de luxación del brazo aprendida en Judo ha conseguido ganar a todas las oponentes a las que se ha enfrentado.
Podemos afirmar, por tanto, que las AMM y las artes marciales tradicionales han estado estrechamente relacionadas en las últimas décadas.