Las artes marciales, originariamente, estaban enfocadas a transmitir conocimientos de defensa y ataque en la vida cotidiana ante situaciones reales. Pero también enseñan valores y ética, con la intención de hacer que los practicantes sean algo más que unos sádicos que disfrutan lastimando y controlando a otros. El objetivo de las artes marciales es salvar vidas y, si es posible, evitar enfrentamientos peligrosos.
Durante el tiempo que se han enseñado las artes marciales, ha habido casos de personas que han utilizado el conocimiento aprendido de un instructor de una manera deshonrosa. Realizan peleas en la calle, en la escuela o en otro lugar, utilizando las habilidades que han aprendido para sus propios fines.
No hay nada más indigno e insultante para las artes marciales que utilizar estas enseñanzas tradicionales tan puras para este tipo usos. De hecho, si buscamos en Internet temas relacionados con esta práctica, podemos encontrar artículos sobre cómo ganar peleas callejeras utilizando las enseñanzas marciales e incluso disciplinas diseñadas para matar y hacer daño a nuestro oponente.
Desde aquí, hacemos un llamamiento a todos aquellos que amen y respeten las artes marciales en toda su gran diversidad y que eviten esas prácticas poco decorosas en la medida de lo posible, tanto por su parte, como por parte de compañeros y conocidos. Te presentamos algunas cosas que nunca debes de hacer con tus conocimientos en artes marciales.
- Nunca los uses para reforzar tu sentido de superioridad
Practicar artes marciales infunde confianza y autoestima en los combatientes, pero nunca se debe utilizar para mostrar que eres superior a otra persona, ya sea por tu capacidad de lucha o tu adhesión a la disciplina y filosofía.
Gichin Funakoshi, el padre del karate moderno, dijo: “El verdadero karate es esto: que en la vida cotidiana la mente y el cuerpo se entrenen y desarrollen con un espíritu de humildad, y que en tiempos críticos uno se dedique completamente a la causa de la justicia “. El jiu-jitsu brasileño tiene su nombre en la frase “el arte amable” y enfatiza la seguridad de ambas partes en un combate; el oponente debe ser siempre respetado. Casi todas las disciplinas enseñan humildad y respeto y, el ir en contra de estos valores, sería faltarle respeto a su arte.
- Nunca herir a personas por tus propios beneficios
Las artes marciales enseñan autodefensa y no agresión. Mientras una gran cantidad de técnicas son agresiones que son necesarias para mejorar tus habilidades, en la mayoría de los casos nunca deben de usarse para atacar. Las artes marciales enseñan a derrotar a tu oponente, pero para evitar que te dañen a ti o a otros. Algunas veces tendrás que hacer daño con esta intención, pero nunca debes de utilizar tus habilidades en artes marciales por diversión, para robar o herir a alguien.
- Nunca seas complaciente y demasiado seguro con tus habilidades
En última instancia, si debes participar en una pelea, hazlo, pero en la medida de lo posible, debes evitar entrar en ellas. Tener habilidades de artes marciales no significa que seas invencible – de hecho, las artes marciales enseñan a reducir tu estrés y estar tranquilo frente a la presión, por lo que debes evitar compromisos innecesarios hasta el mismo momento en que no puedan ser evitados.