Desde siempre, muchos aficionados a las artes marciales han tenido dudas para poder discernir entre un arte marcial y un deporte de combate. Actualmente, sigue habiendo cierto desconocimiento alrededor de ambos términos.
El objetivo de cada uno de ellos es totalmente diferente, así como el origen y lo que cada término conlleva.
En el caso del arte marcial, cabe destacar que estamos hablando de un “arte de guerra” en el que el objetivo final es vencer al enemigo sea como sea. Se trata de supervivencia y modo de vida. Además, existe una tradición (normalmente arraigada) y un conocimiento y enseñanza transmitido de generación en generación.
Debemos destacar, además, el tipo de valores que transmiten las artes marciales: disciplina, respeto, compañerismo y lealtad entre otros.
Por el contrario, al hablar de un deporte de combate, nos referimos a una actividad regulada en la que en la mayoría de casos existen competiciones, normas y tiempos que garantizan que el oponente no sufre lesiones graves.
También es verdad que en el combate hay cierta seguridad al tratarse de un espectáculo programado y cerrado con un árbitro que puede interferir en cualquier momento para poner fin a un ataque inadecuado y que pueda poner en riesgo la seguridad del oponente.