Los grandes y pesados luchadores de sumo son a menudo ironizados por los medios occidentales. Pero este deporte es considerado por la mayoría de los artistas marciales como el deporte nacional de Japón. Es una de las artes marciales más antiguas, cuyas raíces se remontan al siglo tercero.
El sumo es un tipo de lucha libre en el que se enfrentan dos luchadores. El origen de este arte marcial era una prueba de fuerza, así como formar parte de la danza ritual Shinto. Sin embargo, los sumo profesionales que hoy conocemos es algo reciente que se remonta al periodo Edo, en el siglo XVII.
Los orígenes del Shinto Sumo permanecen claros a lo largo de toda la historia; rituales purificadores con sal, llamativas ceremonias y otros elementos que contribuyen a la imagen del sumo como un arte marcial muy especial.
Las normas y las reglas son muy claras. Los sumotoris quedarán eliminados en 4 situaciones diferentes: primero, cualquier luchador que toque el suelo del dohyō con alguna parte de su cuerpo que no sea sus pies. Segundo, si ellos salen del círculo establecido (suele ser de unos 4.55 metros de diámetro delimitado por un círculo de granos de arroz llamado tawara). Tercero, quien use técnicas de luxación, golpes, etc. y cuarto, si pierden su vestimenta, el mawashi.
Por norma general, este tipo de combates suelen ser muy cortos, ya que en su gran mayoría uno de los luchadores consigue empujar fuera del círculo al oponente gracias a la gran fuerza de la que gozan.
Los sumotoris son mundialmente conocidos por su gran tamaño corporal: para cumplir con los requisitos para competir, deben seguir una dieta para ganar y mantener su peso. Diariamente necesitan ingerir unas 20.000 kcal. Para que te hagas una idea de la cantidad que esto supone, te drié que un hombre suele consumir de media al día unas 2.500 kcal. Almacenan este excedente de grasa, que les lleva a pesar aproximadamente entre los 100 y 200 kg.
Aparte de este estilo de vida, los sumotoris también tienen unas altas restricciones. Existe la expectativa de que ellos lleven la ropa tradicional en público. Los sumotoris de menor rango, conocidos como rikishi, sólo pueden usar yukata o una delgada túnica, así como sandalias de madera.
Los de mayor rango pueden llevar ropa más elaboradas y gruesas, así como sandalias de paja a su gusto.
Sumotori también tienen que llevar un moño, como los que llevaban los samuráis tradicionales.
A pesar de todas estas restricciones, los sumotori tienen un estatus social alto. Se considera que pertenecen a la “jet set” de Japón y ganan mucho dinero. Por desgracia, estos sumotoris cuentan con una baja esperanza de vida: entre 60 y 65 años comparada con la media de 78 años de los hombres japoneses. Son más propensos a sufrir enfermedades cardiovasculares que la gente normal en Japón y pueden sufrir otro tipo de enfermedades causadas por su alimentación como puede ser diabetes, artritis, insuficiencia hepática y otros problemas relacionados con el peso.
Todavía, el honor de ser un sumotori lleva implícito una rica cultura patrimonial y supone un gran entretenimiento en la sociedad japonesa. Por esta razón, y a pesar de los problemas de salud que están asociados y a la vida agotadora de entrenamiento que tienen, el sumo todavía es un deporte respetado e idolatrado en Japón.