Las artes marciales no son sólo para los adultos. Millones de niños han sido apuntados a este tipo de clases por los beneficios que reporta a la salud y al aprendizaje en valores como la disciplina que conlleva esta práctica a edades tempranas.
Dicen que entrenar a niños no es lo mismo que enseñar a adultos y es una ventaja saber la diferencia entre unos y otros. De esta forma, puedes planificar un plan de cómo preparar una clase específica y acercarte al grupo dependiendo de si es de niños o adultos. Hay que tener en cuenta:
- Lo cognitivo
- La capacidad de ejercicio
- Disciplina
- Sparring
- Motivación
A nivel cognitivo, por ejemplo, la capacidad de concentración infantil es bastante corta, por lo tanto, es necesario dividir una clase en varias partes. La percepción del tiempo es también muy diferente, para los adultos un entrenamiento durante 6 meses está bien, pero para un niño, en su mente es un período muy largo. Tiene que ser capaz de preparar un plan de estudios en diferentes niveles dependiendo de su alumnado.
Durante la clase, los menores y mayores muestran emociones diferentes. Con los niños es maravilloso porque son honestos y expresarán sus emociones reales. Son directos en mostrar cuando les gusta un ejercicio y cuando no. Con el tiempo, el “feedback” entre maestros y niños, se puede trabajar de manera efectiva ajustando las clases a las necesidades de los niños. Con los adultos en realidad es un poco más difícil, durante la clase, es difícil saber si les gusta o no. Si no sabe si les ha gustado la clase, es bueno enviarles un correo electrónico para conocer su opinión sobre la misma.
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Cuando se trata de conocimientos, es más un reto enseñar a niños que a adultos. Los adultos casi siempre optan por estar ahí porque quieren aprender algo, mientras que un niño o no siempre está allí por el mismo. La persona adulta por lo general tiene un objetivo conjunto que quiere lograr, mientras que un niño normalmente solamente quiere divertirse y de paso, también aprender artes marciales. Por lo tanto, la clase de los niños tiene que ser entretenida y muy dinámica.
Durante el entrenamiento de artes marciales, los propios estudiantes tienen que entender realmente el concepto de la técnica y cultura. Sin embargo, los niños menores de 12 años no entenderían este concepto, por lo que lo mejor es practicar los movimientos. A través de los movimientos y de hacerlos bien, comenzarán a confiar más en la técnica conseguida. Cuando tienen 13 años o más, es recomendable comenzar poco a poco alternando teoría y práctica.
Tenga en cuenta que no le hace mejor entrenador explicar teoría durante toda la clase. Una clase de niños no debe durar más de 60 minutos, mientras que una clase de adultos puede llegar a los 120 minutos con un tiempo para la teoría también.
Uno de los mejores momentos que tendrá como instructor o instructora es ser testigo de cómo su alumno gracias a usted va creciendo y mejorando enormemente con el paso del tiempo. También vivirá buenos momentos cuando los niños recurran a usted como referente en las artes marciales para que le solucionen dudas. El alumno, lo verá casi como parte de su familia y en muchos casos se creará un fuerte vínculo con el tiempo. Tener información de los padres sobre el impacto positivo de sus hijos con las clases de artes marciales también es muy positivo para un instructor.
Para adultos es diferente. La media de querer permanecer es de 2 o 3 años. En realidad, no hay muchos adultos que luego se queden. Sin embargo, la parte divertida es poder entrenarse de la misma manera que ellos. Y con respecto a los que se queden los verás crecer como nunca has visto antes.
Head Coach of UCT International
Wing Chun Sifu, BJJ Black