Un combate entre dos luchadores consolidados de artes marciales mixtas se parece a un concurso de fuerza y destreza. El más rápido y el que más habilidades tenga será el que gane el combate. Sin embargo, esto no es suficiente para ser un buen luchador, también necesitas tener una mentalidad fuerte para mantener la compostura dentro del ring. Ser capaz de mantener tu confianza y construir una mente tenaz es tan necesario como la forma física de tu cuerpo.
Muchos luchadores y entrenadores creen que tener una mentalidad fuerte es uno de los atributos más importantes que un luchador debe tener. Rich Franklin, ex campeón de UFC de middleweight, dijo “el entrenamiento para un combate es 90% físico y 10% mental. Pero cuando subes al ring se convierte en 90% mental y 10 % físico, porque toda la preparación física ya está hecha”. George St. Pierre, uno de los grandes luchadores de todos los tiempos, añade a la cita anterior que, en un combate el 90% es mental porque “el trabajo ya está hecho, no puedes hacer nada más para prepararte”. El psicólogo deportivo Brian Cain, quien trabajó con varios luchadores de MMA, cree que, si un profesional de las artes marciales tiene control mental, puede llevar al máximo rendimiento sus habilidades.
Todas estas personas están de acuerdo en una misma cosa; tener un fuerte control mental durante un combate es la diferencia entre ganar o perder. Afortunadamente, el control mental es una habilidad que se puede mejorar con la práctica. Aquí te dejamos algunas técnicas que puedes realizar para mejorar éstas habilidades.
Meditación
Muchas artes marciales enseñan no sólo habilidades físicas sino también disciplina y control mental. La meditación pertenece a esta última parte, te ayuda a estar conectado con tu mente y emociones. Te permite conseguir la calma y controlar tus emociones durante un combate sin importar las circunstancias.
La meditación requiere una gran persistencia y concentración, empezando por estar sentado y enfocado en tu respiración. Pronto descubrirás lo fácil que es distraerte y cómo, en tu primer intento, te invadirán una gran cantidad de pensamientos. Deberás aprender a bloquearlos durante periodos de tiempo cada vez mayores consiguiendo de esta manera aumentar tu persistencia y concentración.
Para comenzar con la meditación, busca un lugar tranquilo donde puedas sentarte todos los días. Empieza por poco tiempo, medita 5 minutos. Siéntate, cierra los ojos y enfócate en tu respiración. Descubrirás cuántos pensamientos acuden a tu mente. Reconócelos, déjalos ir y vuelve a tu respiración. Sentirás como tu mente cada vez está más clara conforme continúas haciendo esto. Poco a poco el tiempo aumenta, de 10 minutos, se pasa a 15 y así progresivamente. Tu persistencia y concentración aumentarán conforme vas practicando.
Hay una gran variedad de tipos de meditación así que prueba con varias hasta encontrar la que mejor se adapte a ti y a tu personalidad. Explora el Zen, Qigon, Hindu y otros tipos que te ayude a tener un mayor control.
Pensamiento positivo
Estudios psicológicos han demostrado el impacto positivo que el optimismo tiene no solo mentalmente sino también físicamente. Pensar en positivo fortalece el sistema inmunológico, cardiovascular y la capacidad del cuerpo para manejar el estrés. Los luchadores necesitan creer que van a ganar.
El pensamiento optimista no es algo que tu adoptas antes de un combate o en el entrenamiento. Sino que es una manera de vivir. Haz la elección de ser feliz y elimina las cosas negativas de tu vida diaria, como compañeros de trabajo tóxicos o relaciones estresantes. Busca el lado positivo de todo y cuando pienses en cosas negativas considéralos como aspectos que tienes que resolver el lugar de dejarlos en tu cabeza permanentemente.
En el contexto de los combates, debes creer siempre en ti mismo incluso cuando las probabilidades de ganar vayan en contra tuya. La primera victoria está en tu mente. Una vez que hayas ganado en tu cabeza, el éxito en la vida real puede seguirte. Incluso si pierdes, considéralo una oportunidad de aprender más sobre los combates y sobre ti mismo. Aceptarlos no significa rendirse, sino aceptar que lo hecho, hecho está, permitirte mejorar y prepárate para el próximo combate.
Terapia “duchas de agua fría”
No hay ninguna duda de que las duchas frías no son agradables. Sin embargo, el confort nunca ha sido exactamente enfocarte solamente en el entrenamiento para ser mejor luchador. Permitiéndote dar un baño de agua fría y dar un paso fuera de tu zona de control construirás una mente más tolerante.
Si ducharte con agua fría de primeras te resulta imposible puedes comenzar con el agua caliente e ir cambiando poco a poco a agua fría. Paulatinamente tu cuerpo se irá acostumbrando al agua fría y podrás darte este tipo de duchas directamente. La continua exposición de tu cuerpo al desagradable estado de esta temperatura de agua reforzará la tolerancia de tu mente al estrés y a las cosas desagradables.
Fíjate pequeños objetivos
Cuando te fijes tus objetivos en lugar de trabajar hacia algo muy distante y relativamente inalcanzable, rómpelos en pequeñas metas que puedan ser alcanzada todos los días. Sentir que estás progresando hacia tus objetivos es una buena manera de mantener tu actitud positiva. Esto evita en una mayor medida la procastinación y enfocarte en metas poco claras e inalcanzables.