De todas las grandes artes marciales, ninguna tiene la fascinante combinación de eficacia e instinto como la capoeira. Nacida en Brasil en el siglo 16, se originó entre los esclavos africanos que trajeron al país las colonias portuguesas. Como estaba prohibido practicar cualquier disciplina que permitiera adquirir habilidades que pudieran enfrentarse a los amos, los esclavos crearon un arte marcial en forma de danza en la que podían ocultar ataques sigilosos y patadas devastadoras con movimientos rítmicos.
Hasta hace pocas décadas, ésta práctica era transmitida de padres a hijos en secreto. Se pretendía que la enseñanza de la capoeira fuera secreta, como el arte fue prohibido durante siglos. Primero para prevenir que los esclavos se sublevaran contra sus dueños, luego para prevenir la lucha de los brasileños contra los colonos y finalmente para evitar que fuera utilizada en la guerra de bandas que había. Hoy en día, como otras disciplinas de artes marciales, la capoeira es entendida como un estilo de vida que integra a personas de todo el mundo.
La capoeira es una disciplina en la que no hay contacto físico entre los practicantes. En vez de un “combate” hay una danza donde los guerreros van y vienen. Están en continuo movimiento, lanzan patadas, rodillazos y otros movimientos entre ambos. El juego defensivo desmotiva el bloqueo y no están permitidos los ataques excepto cuando es inevitable. El resultado es un estilo dinámico e impredecible, donde se confunde a los oponentes y permite pelear varios enemigos a la vez.
Para practicar capoeira es necesario una música especial. Normalmente, está creada por diversos instrumentos africanos, uno de los más conocidos en el berimbau. Los luchadores se organizan en un círculo, conocido como Roda, donde se unen tanto los capoeristas como las personas que tocan los instrumentos. Los luchadores se acoplan a la música y es posible que los capoeristas puedan entrar y salir de la roda conforme la música va progresando.
Como las rodas no son una competición, no hay nadie ni que gane ni que pierda en base a sus golpes. Es mejor considerarla como una conversación entre dos practicantes, al son de la música y mostrando respeto a su adversario. Esta característica natural de no competición ha sido una de las causantes de la popularidad que reside detrás de la capoeira.
Esta disciplina está lejos de ser sólo un arte marcial. Es una gran combinación entre música y danza que se ha transformado en un embajador cultural de Brasil y que se ha extendido por todo el mundo. Los aspirantes pueden descubrirse inmersos en la cultura portuguesa, su idioma, las acrobacias y la historia del arte como un símbolo de levantarse contra la opresión, forman parte del pasado de la capoeira.
Sin embargo, más allá de la capoeira incluye su patrimonio agresivo de arte marcial. En esta vía, una gran cantidad de variedades de artes marciales mixtas han practicado los luchadores o ahn incorporado elementos en sus estilos. Grandes nombres como Anderson Silva, Conor mcGregor y Cezar Ferreria han utilizado un estilo u otro, teniendo efectos devastadores dentro de la jaula.
Todavía la capoeira es el deporte nacional de Brasil y han aparecido escuelas por todo el mundo. Esto dista mucho de la histórica desorganización que existía hace menos de medio siglo. Ya sea como un arte marcial que incluye danza o como una buena descripción de la cultura y la historia de Brasil, está demostrando que la capoeira ha llegado para quedarse.